A principios de los años 90 el cantante argentino Miguel Mateos cantaba:
Nene, nene, ¿Qué vas a ser cuando seas grande?
¿Estrella de rock and roll? ¿presidente de la nación?
Estoy, casi condenado
A tener éxito para no ser un perro fracasado
Así, así, así, yo fui enseñado
Generaciones tras generaciones marchan a mi lado
Solo quiero jugar
Soy el sueño de mamá y papá
No, no les puedo fallar
Esta pregunta “¿Qué vas a ser cuando seas grande?” lleva implícito el peso de cumplir, de satisfacer expectativas familiares y sociales, se le exige al niño o niña que se proyecte como adulto y que responda como tal, en un constante y preocupado mirar al futuro de nuestra sociedad.
Para las niñas, esta exigencia se acompaña de otras aún más complejas: reinas de belleza, princesas de Disney, madres, cocineras, cuidadoras. Desde la más tierna infancia, las mujeres cargamos con el peso de valer por esa corona que se gana no por mérito sino por corresponder al ideal de belleza y cualidades impuestas por la sociedad y que representará para todas esa vara cruel con la cual seremos medidas y pesadas.
Para este cartel tome como referencia la famosa portada que el artista Jamie Reid creó para el sencillo “God Save the Queen”, de la banda de punk británica Sex Pistols.